Cuando se produce el fallecimiento de un ser querido, los trámites que debe realizar la familia representan una carga difícil de asumir, tanto a nivel personal como económico. Además de la complicación burocrática, incrementada por la delicada situación emocional, los familiares deben asumir el elevado coste del servicio de sepelio.
Para minimizar el impacto de ambas cargas (organizativa y económica), existe el seguro de decesos.
El seguro de decesos es una solución especializada destinada a coordinar y prestar los servicios funerarios cuando el asegurado fallece, dando apoyo a la familia tanto en aspectos emocionales como materiales de gestión y trámites.
¿Para qué sirve el seguro de decesos?
Las coberturas de un seguro de decesos (en base a lo incluido en la póliza) suelen garantizar el pago de los gastos y la gestión de los trámites necesarios para coordinar el servicio de sepelio, así como los eventuales costes y gestiones de traslado del difunto desde cualquier lugar del mundo al lugar designado para la inhumación o la incineración.
Y es que, en base a lo indicado en el informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) de 2022, el coste de un entierro en España (de media) es de 3.700 €. Esta cifra hace que, en la mayoría de los casos, resulte aconsejable contratar un seguro de decesos que cubra los gastos que se generen al fallecer (evitando así dejar esta carga económica a la familia). Pero no solo de eso se encarga la aseguradora con la que se contrate el seguro de decesos: también va a realizar las gestiones relacionadas con la defunción (tramitación de la documentación por fallecimiento, funeraria, traslado, incineración o inhumación, esquelas, flores, etc.) y ofrecer apoyo psicológico a los familiares a través de un equipo de profesionales que realiza las gestiones necesarias para que, en un momento tan duro como es la pérdida de un ser querido, la familia tenga todas las facilidades y comodidades necesarias (asumiendo su coste, hasta el límite establecido en la póliza).
¿Quién puede contratar un seguro de decesos?
Cualquier persona residente en España puede contratar un seguro de decesos. Además, al ser de carácter familiar, puede cubrir a todos los miembros de la familia a través de una misma póliza.
Seguro de decesos: capital asegurado y tipos de prima
El seguro de decesos garantiza la prestación de un servicio funerario hasta el límite de la suma asegurada, que viene determinada por el precio de los servicios funerarios (que pueden variar según la localidad).
La prima o el coste del seguro, por su parte, se establece en función del coste de los servicios contratados, del número de asegurados y de la edad de cada uno de estos.
Por otro lado, el capital asegurado suele depender directamente del código postal y el tipo de paquete contratado. Y el importe se corresponde con el coste actual de los elementos del servicio que se establecen más adecuados en ese momento para la localidad que figura en la póliza.
Además, hay aseguradoras que, para que la suma asegurada esté actualizada y no quede obsoleta, la revisan anualmente con el fin de validar que es suficiente para cubrir el coste total de los servicios contratados.
¿Hasta cuándo está “activa” la póliza de un seguro de decesos?
Una vez se contrata la póliza del seguro de decesos, esta se mantiene en vigor hasta que el asegurado fallece. Además, si una vez pagados todos los trámites y actos del sepelio aún queda capital disponible en el seguro, el sobrante suele entregarse a los herederos del fallecido.
¿Cuáles son las coberturas más habituales de un seguro de decesos?
Al contratar un seguro de decesos, el asegurado puede elegir el tipo de servicio funerario que desea que se preste en el momento de su fallecimiento: inhumación (lo que se conoce habitualmente como enterramiento), inhumación sin nicho (para el caso de personas que tengan en propiedad un nicho, sepultura o panteón) o incineración.
La cobertura principal de un seguro de decesos está compuesta, habitualmente, por dos conceptos: el servicio de sepelio y los trámites administrativos relacionados con el mismo.
Los elementos que componen el servicio son, entre otros, los gastos de la inhumación o incineración, el tanatorio, el féretro o la urna crematoria, el coche fúnebre, las coronas de flores, el nicho y las esquelas. Es habitual que el detalle de los citados elementos se adapte a los usos y costumbres de la localidad de residencia del asegurado. Respecto a las gestiones administrativas, la compañía aseguradora asigna a un gestor especializado para que realice la coordinación del servicio y la gestión del papeleo. Estos trámites, entre otros, suelen ser: obtención del certificado de defunción, baja del libro de familia, inscripción en el Registro Civil, partidas de defunción y de testamentos y fe de vida, etc.
Además de estas coberturas, que generalmente ofrecen todos los seguros de decesos, es habitual que puedan incorporarse otras coberturas adicionales como, por ejemplo, la asistencia en viaje, el borrado digital tras el fallecimiento, la asistencia personal para la vida diaria o un capital asegurado en caso de fallecimiento por accidente.